Edificado sobre cimientos romanos, el castillo se asienta en un lugar privilegiado de la campiña cordobesa, a gran altura desde donde se divisan seis pueblos de la provincia, destaca su poderosa silueta sobre las blancas casas del pueblo de su nombre.
Consta de un recinto almenado de gruesos muros, flanqueado de cuatro torres esquineras, macizos bastiones almenados, patio central con arcos cegados. Superando en altura destaca del conjunto la torre del Homenaje coronada de matacanes que animan su silueta. Exenta del núcleo principal emerge la torre Caballero, concebida como una defensa más.
El conjunto está rodeado de una sólida muralla que comunica con la iglesia parroquial, encontrándose en perfecto estado de conservación y mantenimiento.
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